Ya hemos visto cómo se calibra una pantalla con el espectrofotómetro Color Munki. Ahora veremos el método para calibrar una impresora con ese mismo dispositivo. Sí calibrar una pantalla con este aparato era sencillo, fabricar con él el perfil de una impresora con un papel y tintas determinadas no es mucho más complicado.

De forma resumida es muy sencillo: Se imprime un primer parche, se miden las muestras con el calibrador, el programa hace unos cálculos y genera un segundo lote de parches, se miden esos parches, se genera el perfil y éste se guarda. Apenas, como digo, diez minutos sin contar los tiempos de secado del papel.
ColorMunki es lo que es: un aparato sencillo y básico para el segmento inferior del mercado de la administración del color. Eso no quiere decir que sea malo o que sea un poco mejor que lo que hay por debajo de él, ya que no hay nada por debajo de él que pueda considerarse administración del color.